Cuando se acerca el invierno, con ello viene a la mente la idea de que se incrementarán los ingresos por causa del uso de calefacción durante esa época, ¿quieres aprender cómo ahorrar tu consumo de calefacción y restarles algunos ceros a tu factura? En este artículo te enseñaremos unos tips muy útiles para que puedas disminuir los gastos ocasionados en este sentido.
¿Cómo ahorrar en calefacción?
Si bien no existe una fórmula secreta para responder a la pregunta de cómo ahorrar en calefacción, con estos prácticos 9 consejos, te puede ir muy bien y verás excelentes resultados cuando recibas tus factura.
1. Sacar el aire de los radiadores
Al menos una vez al año es recomendable extraer el aire de los radiadores, siendo recomendable que lo hagas cuando vaya a iniciar la época de invierno.
Estos componentes no suelen calentar con toda la potencia requerida si tienen acumuladas pequeñas burbujas de aire, las cuales por lo general suelen formarse en los meses de veranos en los que se encuentran inactivos y su presencia impide el adecuado paso del calor.
Estos componentes no suelen calentar con toda la potencia requerida si tienen acumuladas pequeñas burbujas de aire, las cuales por lo general suelen formarse en los meses de veranos en los que se encuentran inactivos y su presencia impide el adecuado paso del calor.
También debes asegurarte de no topar los radiadores con los muebles, por el contrario, debes colocar los diferentes elementos como los sofás, sillas y mesas de salón alrededor de estos componentes, de tal forma que puedas pasar más tiempo en las áreas donde haya más calor, logrando bajar un poco el consumo de calefacción.
Asimismo, los paneles reflectantes también son una excelente alternativa para crear un rebote de la calefacción en las habitaciones, evitando que la absorba la pared, para lo que es recomendable que coloques estos elementos entre el radiador y la pared, en vista de que pueden ayudar ahorrar aproximadamente un 20% del consumo de energía.Mantener una temperatura que sea adecuada.
2. Mantener una temperatura que sea adecuada
Las subidas fuertes de la temperatura empleada en la calefacción pueden incrementar considerablemente los gastos que se generan en este sentido, ocasionando la necesidad de pagar dinero extra por esta causa.
Por lo tanto, debes procurar en la medida de lo posible mantener una temperatura estable de 21 grados, que es suficiente para calentar de una manera muy confortable los espacios del hogar y en combinación con el uso de ropa abrigada, te brindará una sensación de bienestar en estos entornos sin que exista la necesidad de incrementar la factura.
3. Utilizar un termostato
El termostato es un componente muy útil para mantener durante el día una temperatura óptima, debido a que permite ahorrar aproximadamente entre un 8 y un 13 % de calefacción, ya que cada grado de calefacción que se suba, suele incrementar el costo que derive por el uso de calefacción.
Si vives en una comunidad de vecinos, puedes optar por unos repartidores de costes, que son muy útiles para que puedas individualizar tus gastos de consumo de calefacción.
4. Utilizar una caldera de bajo consumo
Trata de utilizar una caldera lo más eficiente posible, como suelen ser las de cogeneración, que aunque pueden llegar a suponer una mayor inversión al momento de su adquisición, reducen el importe en la factura de un modo considerable.
5. Programar la calefacción
Mantener encendida la calefacción durante horas en las cuales la estés utilizando tan solo va a generarte gastos innecesarios en la factura.
Lo más recomendable para evitar este tipo de consumos es que conectes la calefacción a la red y utilices apps para programarla para que se encienda a una temperatura adecuada aproximadamente una hora antes de que llegues a tu vivienda.
Por otra parte, también puedes programarla para que cuando te encuentres en casa, esta solamente se encienda cuando la temperatura sea inferior a los 20 grados.

6. Evitar cubrir los radiadores
Si tu propósito es ahorrar en calefacción, debes evitar cubrir los radiadores colocando ropa húmeda encima para que se seque más rápido, ya que la factura se incrementará.
No obstante, si deseas aprovechar el calor de los radiadores para secar la ropa, puedes colocar un tendedero cerca de este, pero evitando taparlo.
7. Mantener un sistema de aislamiento adecuado
Es vital comprobar si el sistema de aislamiento que usas en tu vivienda es óptimo y no deja que el frío exterior se cuele, en vista de que entre el 25 y 30 % de los requerimientos de calefacción surgen por causa de las pérdidas de calor que se ocasionan en las ventanas.
Por lo tanto, en el caso de que las rendijas de ventilación sean muy amplias, puedes sustituirlas por otras que no sean tan abiertas, ya que sin perder su función de ventilación, también permitirán que se preserve durante mayor tiempo el calor.
Es muy favorable emplear ventanas de doble vidrio, que tienen mayor eficacia contra el frío. Para ello lo más más efectivo es el vidrio bajo emisivo, que posee una capa de óxido de plata que sirve para reducir la pérdida de calor.
Igualmente, durante los días en los que haya sol es muy favorable subir las persianas para que la luz caliente los cristales y por ende la casa, mientras que en los días nublados, lo mejor es bajarlas completamente.
Para crear aislantes, puedes colocar cortinas en todas las ventanas, así como alfombras, esterillas o burletes aislantes, que son los bajos de las puertas que sirven para tapar las rendijas.
8. No usar la calefacción en habitaciones ni espacios vacíos
Emplear la calefacción en habitaciones vacías solamente supone un derroche innecesario en el consumo de calefacción. Por esta razón, lo más favorable es que cierres la llave de los radiadores de gas que se encuentren en los recintos que no uses.
9. Apagar la calefacción durante la noche
Si cuentas con una temperatura ambiental que no sea extrema, puedes optar por apagar la calefacción durante las noches y abrigarte más mientras duermes, ya que de ese modo, el costo de tu factura disminuirá de un modo bastante notorio.
Además, también es muy importante realizarles mantenimiento preventivo y correctivo a las calderas, empleando los recambios que sean necesarios, ya que si estas se encuentran en un estado óptimo, tendrán un buen rendimiento y no necesitarás incurrir en gastos elevados para repararlas por causa de averías más graves.